El aguamarina es,
junto con el zafiro, el rubí y
la esmeralda, una de las piedras de color más apreciadas por su rareza y belleza.
Es la piedra de los
marinos y viajeros, y un amuleto muy utilizado por las personas con fobia a los viajes en avión o barco.
Decía San Alberto Magno que llevar consigo una aguamarina
hace que el hombre sea comedido
y tenga buenas
maneras.
Aporta felicidad y
bienestar a quien la lleva. Dicen
que provoca la sonrisa y la alegría. Ayuda a conservar la pureza de espíritu.
Ayuda a conseguir claridad mental,
calma e inspiración espiritual. Simboliza el amor feliz.
Es adecuada para superar los
estados depresivos y melancólicos.